sábado, 27 de junio de 2009

La diferencia entre tu y yo

Yo desearia haberlo hecho una hora antes
Tu desearias que lo hubiera hecho
Yo desearia nunca haber visto lo que vi
Tu desearias que nunca lo hubiera visto


Asi, tan faciles son las diferencias entre tu y yo.

miércoles, 24 de junio de 2009

Mitad de semana Guyton Gratis en Pdf

Me levante el martes sintiendo que era viernes... Supongo que me acostumbrare en algunos dias, pero mientras, ¡estoy muerta!

Y como aun no consigo mi libro de Fisiologia, he pasado mucho tiempo en la computadora leyendolo en pdf el link para descargarlo es: http://doctorquico.wordpress.com/2008/02/04/fisiologia-tratado-de-fisiologia-medica-10%C2%AA-edicion/

A quien le interese en esa pagina tambien encuentran muchos libros de medicina de casi todas las materias.

A los que no, entonces les cuento que aun no recibo ni un mensaje, ni una llamada.

Besos.

lunes, 15 de junio de 2009

¿Como terminar una relacion?

Nunca me entere como deje de extrañarlo, al principio, los dias eran espantosos, pensaba todo el tiempo en el, en como la estaria pasando, cuanto extrañaria a su familia, me preguntaba si me extrañaria a mi.

Los dias iban pasando, miles de ellos han pasado desde entonces, aun asi, el dia que murio mi abuelo fue la primera persona a la que queria contarselo, la primera persona que queria que me abrazara y como de costumbre, el no estaba ahi. Yo sabia que el no estaria, pero aun asi quise llamar.

Poco a poco el recuerdo se fue haciendo mas y mas lejano, decia que me extrañaba, yo lo extrañaba a el.

Los dias se hacian largos, sofocantes, dolorosos, hasta que de pronto un dia, pense en el y entendi todas las razones de las que el hablaba y yo nunca me digne a escuchar si quiera. De repente pense en el y me di cuenta que ya no me dolia ver que el pasado se habia quedado ahi y nunca volveria, por mas que yo rogara por que asi fuera.

Ahora, ya no puedo escribirle cosas hermosas, la esperanza (que estuvo conmigo durante mucho tiempo, se murio de repente) de que todo podria volver a ser como antes era simplemente se fue degradando y al mismo tiempo se mezclo con muchas otras emociones mas.

Hoy, en este momento tengo dos preguntas.

¿Alguna vez podre volver a querer a alguien tanto como lo quise a el?
Si el volviera ¿Regresaria con el?

La respuesta para la primera pregunta es un tanto incierta, creo que el tiempo respondera.
Para la segunda... Estoy absolutamente segura de que las cosas nunca volveran a ser como yo las recuerdo, si le diera otra oportunidad a esa relacion tan enferma, tal ves saldria lastimada mucho mas.

La verdad de todo esto es que el hubiera no existe, no quiero pensar que mi vida podria ser maravillosa con el, el no deberia pensar lo mismo, de cualquier manera... Estoy escribiendo las ultimas palabras para el, aunque eso signifique que no voy a escribir cosas medianamente decentes por un rato.

¿Como terminar una relacion?, Dile al sujeto en cuestion que estas embarazada

De otro obviamente

sábado, 13 de junio de 2009

10 pensamientos al azar

Dicen que los buenos jugadores son los saben cuando retirarse.

Hoy no me retire, perdí lo que gane y un poco mas ja!

Pero es que (En palabras de Abraham Vargas) “Hay que morirse en la raya”, nadie sabe lo que pasara después de que te vas. Te enteras si te quedas (ja, ja, de nuevo)

Y yo hoy me quede a averiguar miles de veces si en el siguiente juego ganaba.

No me da miedo quedarme a averiguar, de hecho, lo encuentro interesante. Pero haaaaay es que no puede ser, últimamente, me quedo esperando para pura madre.

Quiero saber cuándo retirarme, y después de saber cuándo retirarme, quiero poder retirarme (jaaaaaa) creo que esa es la parte difícil ¿no?

--Solita :) —

Que buenas vacaciones, al menos no tengo que verle la cara a los doctores que llegan de malas, como si solo verte los enfermara, ps que se tomen un dramamine jajaja, igual para eso estudiaron medicina.

Me despediré con un: Los buenos jugadores saben cuando retirarse.. Yo, me muero en la raya.


Conversación (papa/lau)
-Papa, me duele el estomago
-¿Cómo te duele?
-ps…. Me duele… de… ¿doler?


Hoy me duele de doler no tener buena suerte.

**Nota: Ni conte los pensamientos, ni son al azar.

sábado, 6 de junio de 2009

Puedo escribir los versos mas tristes esta noche

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo

Neruda

miércoles, 3 de junio de 2009

Cuentos que no cuentan lo que cuentan

¿Saben de qué les voy a hablar?

Esta historia comienza cuando Nasrudin llega a un pequeño pueblo en algún lugar lejano de Medio Oriente.


Era la primera vez que estaba en ese pueblo y una multitud se había reunido en un auditorio para escucharlo. Nasrudin, que en verdad no sabia que decir, porque él sabía que nada sabía, se propuso improvisar algo y así intentar salir del atolladero en el que se encontraba.

Entró muy seguro y se paró frente a la gente. Abrió las manos y dijo:
-Supongo que si ustedes están aquí, ya sabrán que es lo que yo tengo para decirles.
La gente dijo:
-No... ¿Qué es lo que tienes para decirnos? No lo sabemos ¡Háblanos! ¡Queremos escucharte!
Nasrudin contestó:
-Si ustedes vinieron hasta aquí sin saber que es lo que yo vengo a decirles, entonces no están preparados para escucharlo.
Dicho esto, se levantó y se fue.

La gente se quedó sorprendida. Todos habían venido esa mañana para escucharlo y el hombre se iba simplemente diciéndoles eso. Habría sido un fracaso total si no fuera porque uno de los presentes -nunca falta uno- mientras Nasrudin se alejaba, dijo en voz alta:
-¡Qué inteligente!

Y como siempre sucede, cuando uno no entiende nada y otro dice "¡qué inteligente!", para no sentirse un idiota uno repite: "¡si, claro, qué inteligente!". Y entonces, todos empezaron a repetir:
-Qué inteligente.-Qué inteligente.
Hasta que uno añadió:
-Si, qué inteligente, pero... qué breve.
Y otro agrego:
-Tiene la brevedad y la síntesis de los sabios. Porque tiene razón. ¿Cómo nosotros vamos a venir acá sin siquiera saber qué venimos a escuchar? Qué estúpidos que hemos sido. Hemos perdido una oportunidad maravillosa. Qué iluminación, qué sabiduría. Vamos a pedirle a este hombre que dé una segunda conferencia.

Entonces fueron a ver a Nasrudin. La gente había quedado tan asombrada con lo que había pasado en la primera reunión, que algunos habían empezado a decir que el conocimiento de Él era demasiado para reunirlo en una sola conferencia.

Nasrudin dijo:
-No, es justo al revés, están equivocados. Mi conocimiento apenas alcanza para una conferencia. Jamás podría dar dos.
La gente dijo:
-¡Qué humilde!

Y cuanto más Nasrudin insistía en que no tenia nada para decir, con mayor razón la gente insistía en que querían escucharlo una vez más. Finalmente, después de mucho empeño, Nasrudin accedió a dar una segunda conferencia.

Al día siguiente, el supuesto iluminado regresó al lugar de reunión, donde había más gente aún, pues todos sabían del éxito de la conferencia anterior. Nasrudin se paró frente al público e insistió con su técnica:
-Supongo que ustedes ya sabrán que he venido a decirles.

La gente estaba avisada para cuidarse de no ofender al maestro con la infantil respuesta de la anterior conferencia; así que todos dijeron:
-Si, claro, por supuesto lo sabemos. Por eso hemos venido.

Nasrudin bajó la cabeza y entonces añadió:
-Bueno, si todos ya saben qué es lo que vengo a decirles, yo no veo la necesidad de repetir.

Se levantó y se volvió a ir.

La gente se quedó estupefacta; porque aunque ahora habían dicho otra cosa, el resultado había sido exactamente el mismo. Hasta que alguien, otro alguien, gritó:
-¡Brillante!

Y cuando todos oyeron que alguien había dicho "¡brillante!", el resto comenzó a decir:
-¡Si, claro, este es el complemento de la sabiduría de la conferencia de ayer!
-Qué maravilloso-Qué espectacular-Qué sensacional, qué bárbaro

Hasta que alguien dijo:
-Si, pero... mucha brevedad.-Es cierto- se quejó otro-Capacidad de síntesis- justificó un tercero.
Y en seguida se oyó:
-Queremos más, queremos escucharlo más. ¡Queremos que este hombre nos de más de su sabiduría!

Entonces, una delegación de los notables fue a ver a Nasrudin para pedirle que diera una tercera y definitiva conferencia. Nasrudin dijo que no, que de ninguna manera; que él no tenia conocimientos para dar tres conferencias y que, además, ya tenia que regresar a su ciudad de origen.

La gente le imploró, le suplicó, le pidió una y otra vez; por sus ancestros, por su progenie, por todos los santos, por lo que fuera. Aquella persistencia lo persuadió y, finalmente, Nasrudin aceptó temblando dar la tercera y definitiva conferencia.

Por tercera vez se paró frente al publico, que ya eran multitudes, y les dijo:
-Supongo que ustedes ya sabrán de qué les voy a hablar.

Esta vez, la gente se había puesto de acuerdo: sólo el intendente del poblado contestaría. El hombre de primera fila dijo:
-Algunos si y otros no.

En ese momento, un largo silencio estremeció al auditorio. Todos, incluso los jóvenes, siguieron a Nasrudin con la mirada.

Entonces el maestro respondió:
-En ese caso, los que saben... cuéntenles a los que no saben.
Se levantó y se fue.

Credit

Laura Lagarde