sábado, 18 de noviembre de 2006

Cronicas Nocturnas

Ella era no muy alta, solía mirar a las personas hacia arriba, se quejaba cuando algo salía mal y cuando salía bien… también

Tenia una actitud difícil hacia el mundo, le molestaba que la gente la mirara y que se cruzara por su camino, le molestaba ir caminando en la banqueta y que alguien se cruzara, esperaba a que pasaran y tomaba otra ruta, si, donde no hubiera gente que se cruzara en su camino.

En realidad nunca tuvo remordimiento de conciencia por nada, pero siempre puede existir un buen día para comenzar, de vez en cuando, cuando encontraba gente persistente decidía que era hora de dejar que entrara alguien a su vida, nunca pensaba en el día de mañana, le gustaba mas preocuparse por terminar el día bien, viendo televisión, escuchando música, escribiendo, nada de esas cosas como dormir a las 2 de la mañana haciendo tarea, pero algunas veces tenia que hacerlo y eso la hacia desesperarse y sentirse asfixiada.

Algunas veces no podía dormir, cosas sin importancia pero que la hacían salir de la cama a la 1 de la mañana con la necesidad de caminar a la esquina donde existía una tienda con nombre raro, a decir verdad creo que ella nunca supo por que tenia ese nombre ¿a quien se le ocurre?, de cualquier manera, el que esa tienda con nombre raro estuviera abierta las 24 horas era un alivio para las noches de insomnio.

Casi siempre se pegaba en la mano derecha, brazo derecho… supongo que era una clase de patología, muñeca casi rota, alguno que otro rasguño, moretones en las piernas, específicamente la derecha, nada de importancia, un parche de pirata en el ojo derecho, pata de palo, cuentos de hadas, poemas, Sabines, canciones, palabras, caricias… ¿que mas podría decir?.

Casi siempre escribía pequeñas frases, nada extravagante, unos cuantos renglones y justo al terminar los borraba para siempre, el sabor del agua directa del grifo le encantaba, siempre dormía con la ventana abierta y colocaba una cobija extra al pie de la cama por si le daba frio, en realidad era mas practico que pararse a cerrarla (alguna vez note que solo tenia que estirarse un poco pero así le gustaban las cosas, no le gustaba recibir criticas, de nadie, no importaba que tan indispensable fuera esa persona en su vida).

Alguien siempre le dijo que las lombrices eran malas, pero a ella le gustaban, tal ves le gustaba tanto el agua del grifo que no le importaba vivir con las consecuencias, una relación extraña, no le gustaban los animales.

Las únicas personas que tenían derecho de entrar a su vida sin siquiera preguntar eran los niños, ellos hubieran podido pasarla corriendo y tirarla y ella siempre se levantaría para alcanzarlos y que le regalaran una sonrisa, le gustaba observarlos, a veces, cuando lo hacia intentaba volver lo mas atrás que podía en su vida y recordar un poco de lo que había sido de su vida, de pequeña, pero solo lograba obtener imágenes borrosas, pequeñas fotografías mentales de situaciones felices.

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Credit

Laura Lagarde